¿QUIÉN
TEME A LA FILOSOFÍA?
«Pienso,
luego existo», dijo Descartes en el siglo XVII, decidido a abrir paso al
ejercicio de la razón frente al oscurantismo.
«Pienso,
luego estorbo», había constatado Sócrates ya en el siglo V a.C., cuando los
jueces lo condenaron a muerte “librando” a la ciudad del engorro de su mente
libre y crítica.
«Piensan,
luego sobran», se relame el actual ministro Wert, mientras tacha con un
rotulador negro la materia de Ética del programa de estudios de 4º de ESO y la
Historia de la filosofía de 2º de Bachillerato: para competir en la arena de
los mercados —afirma “sonriendo” a su manera— los jóvenes no necesitan pensar,
y menos en cosas como el bien y la conciencia, la verdad y la apariencia, la
libertad y la dignidad humanas.
«Pienso,
luego asusto», se dice el profesorado de filosofía al leer perplejo el
anteproyecto de ley de educación (LOMCE) y comprobar que perpetra el mayor
ataque contra los estudios de filosofía, pues suprime el 66,6% de su presencia
en el currículo de las enseñanzas medias.
«Pienso,
luego aprendo» —reconoce el estudiante de filosofía—, aprendo más allá de los
contenidos de la propia asignatura de filosofía. Aprendo a leer y resumir, a
construir argumentos y reconocer falacias, a formar y exponer mis ideas por
escrito y a debatirlas. Desde la filosofía he aprendido a buscar y encontrar el
sentido de las creaciones humanas y a construir mis puntos de vista con los que
enfrentarme a la vida.
¿Quién teme a la filosofía? Sin duda el ministro Wert y sus secuaces. En alemán
“Wert” significa “valor”, pero está claro que el ministro abandera con su
apellido un anteproyecto de ley que quiere reducir la educación en España a la
formación de jóvenes que no tengan más valores que los de la economía de
mercado.
¡IMPIDÁMOSLO!
28 ENERO, 2013: PLAZA DE SANTO DOMINGO,
(MURCIA).
No hay comentarios:
Publicar un comentario